Quizás sea mejor arrojarme a tus pies, y sin que te des cuenta, acariciar tu culo, y perderme en el aroma de tu concha.
Pero sé, de una forma inútil, que nunca probare tu cuerpo. Sólo me queda saborear tus labios entre los cigarrillos, y saborear tu dulce miel entre la agria hiel de mis licores.
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