No hay redentor ni, mucho menos, salvación. Esto es un circulo enfermizo de decadencia progresiva...en si, no me quejo de lo decadente que podemos llegar a ser, lo puedo hasta disfrutar y regocijarme de lo mismo; lo que se te atora en la garganta es el odio a las mentiras de salvación que te vendieron cuando niño, te amarga la vida pensar que creaste esquemas basándote en esas mentiras.

Los sueños se arruinan cuando la confianza no existe, el amor se pudre sin confianza, se olvidan los lazos, ¿Y no es ese el problema? El problema, es que es justamente eso el amor...ser capas de entregar el puñal a alguien, despejarte de tu armadura y abrazarlo, teniendo la confianza de que no te va a herir de muerte; pero te apuñala de muerte por la espalda.

Por las noches hueles las luces que brillan en las ventanas, teniendo un extraño hálito de esperanza, un suspiro que se desvanece rápidamente; no es más que una impresión de que todo puede cambiar, pero no es así.

En esta vida apuesta a perder, pues siempre perderás, terminaras siendo devorado y procesado, no hay una salvación, nadie se escapa de ese destino. Todos, sin excepción serán consumidos de la misma manera, lo único que nos diferencia es que alguno comprenden antes que los demás que no hay una salvación verdadera.